miércoles, 20 de febrero de 2008

La suerte

¿Estás dispuesto a que ella toque a la puerta?

Súbitamente me sobresalto y abro los ojos, es plena noche, algo ha interrumpido mi sueño, ha sido un sonido, salgo de la cama y me dirijo hacia la planta inferior que es donde ha tenido lugar el estrépito, cuando llego abajo me doy cuenta del origen del ruido, es alguien que toca a la puerta, observo el reloj que llevo en la muñeca, las 04:12 de la mañana, estoy en pijama, voy hacia la puerta, cuando estoy justo delante me resisto a abrir, tocan otra vez, abro y veo a una joven impresionante.

- Hola, vengo a informarle de que es un hombre con suerte, le han hecho fijo en un trabajo en el que cobrará una cuantía extraordinaria de dinero por estar todo el día sentado en un sofá jugando al ordenador, será probador de juegos, ¿qué le parece?, alguien tiene que cerciorarse del correcto funcionamiento de ellos y están seguros de que usted es la persona adecuada para ocupar ese puesto. Además le quería procurar otra pesquisa, dicha información es el hecho de que acepto contraer matrimonio con usted, le querré eternamente e intentaré hacerle dichoso en todos los ámbitos.

Debo estar soñando, llevo toda la vida aguardando la suerte y hasta este momento jamás me ha visitado, no creo que por fin haya llegado y para quedarse, aunque sería bonito, podría estar contento el resto de mis días porque por fin habría tenido suerte, porque... ¿esto es la suerte, no?, una ristra de acaecimientos favorables considerados fortuitos, ¿o no?, recuerdo cuando mi abuela decía que la suerte no era tropezar con una cesta atestada de comida en la puerta de casa sino que era atender debidamente el huerto para poder recoger suficiente cosecha para todo el año... ¿quizás la suerte jamás me ha visitado porque yo no he atendido debidamente el huerto?

Súbitamente me sobresalto y abro los ojos, es pleno día, algo ha interrumpido mi sueño, ha sido un sonido, salgo de la cama y me dirijo hacia la planta inferior que es donde ha tenido lugar el estrépito, cuando llego abajo me doy cuenta del origen del ruido, es alguien que toca a la puerta, observo el reloj que llevo en la muñeca, las 12:04 de la mañana, estoy en pijama, voy hacia la puerta, cuando estoy justo delante me resisto a abrir, tocan otra vez, abro y veo a una joven impresionante.

- Hola, vive aquí Carlos Martínez?
- No
- Lo siento, dispense si le he molestado, me debo haber equivocado de dirección.

Todo había sido un sueño, ¿o quizás había sido una señal?, atender el huerto...

- Si precisa usar el teléfono puede entrar y llamar desde el mío.

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